Papa Francisco falleció un día después de dar su última bendición en Pascua

El Vaticano confirmó que el papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, murió a las 7:35 a. m. (hora de Roma), a los 88 años, tras varios días de convalecencia por una neumonía bilateral. Fue el primer pontífice latinoamericano, el primero en tomar el nombre de Francisco y uno de los líderes espirituales más influyentes de la era moderna.

El anuncio fue hecho por el camarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrel, a través de un video oficial grabado en la capilla de la Casa Santa Marta. “El obispo de Roma ha vuelto a la casa del Padre”, dijo el cardenal, quien ahora asume las funciones interinas durante el periodo de sede vacante, mientras el Colegio Cardenalicio se prepara para el cónclave.

Francisco estuvo ausente durante los ritos de Semana Santa, aunque apareció brevemente este domingo en la bendición “Urbi et Orbi” desde el balcón de la basílica de San Pedro, lo que hoy se interpreta como su despedida pública.

Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires en 1936, hijo de migrantes italianos. Ingresó a la Compañía de Jesús en 1958 y fue ordenado sacerdote en 1969. Fue provincial de los jesuitas durante la dictadura argentina y arzobispo de Buenos Aires entre 1998 y 2013. El 13 de marzo de ese año fue elegido Papa en reemplazo de Benedicto XVI.

Francisco será recordado como el Papa de las periferias, un líder reformista que apostó por una Iglesia “con olor a oveja”, más cercana a los pobres, abierta a los migrantes y firme frente a los abusos y al clericalismo. Rechazó los privilegios del Vaticano y eligió vivir en una residencia común. Promovió una “Iglesia en salida”, como la llamó en su exhortación Evangelii Gaudium, y defendió con fuerza el cuidado de la creación en su encíclica Laudato si.

Impulsó reformas a la curia, pidió perdón a las víctimas de abusos sexuales, y enfrentó resistencias internas por sus posiciones sobre la acogida a personas divorciadas, las uniones civiles y el papel de la mujer. Durante la pandemia del covid-19, fue un símbolo de esperanza en medio de la crisis global.

La muerte de Francisco abre ahora el periodo de sede vacante, durante el cual los cardenales se reunirán en Roma para elegir a un nuevo pontífice en el tradicional cónclave. Se espera que en los próximos días se anuncien los funerales y homenajes oficiales.